El poema había sido escrito por una tal Graciela Nieves. Era perfecto. Entre otras cosas tenía palabras al revés. Yo lo leía en voz alta, en una habitación vacía. Un hombre aparecía repentinamente y me abrazaba llorando. Supongo que también se habría sentido idenificado con el poema. 
   Me encantaría poder escribirlo, pero no lo recuerdo...
   Cuestión es que después de leerlo y con el hombre en mi regazo, me dije: "tengo que encontrar a Graciela Nieves". Y eso es lo que voy a hacer. 
 Amanda Mandarina 


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