Tres de la mañana. Llueve. Se escuchan maullidos violentos demasiado cerca. Ismael la despierta: "Amanda, ¿eso es acá?". Amanda balbucea algo incoherente, se despereza, se levanta y, arrastrando los pies, llega hasta la cocina. Hay un gato negro. Nunca había entrado un gato negro a su casa, pero lo más raro es que el animal intenta salir por la ventana del mismo modo que lo hace una mosca o un moscardón, o cualquiera de esos insectos que nunca diferencian el vidrio del espacio abierto de la ventana. "Qué gato tan estúpido", piensa Amanda, y se queda mirandolo. Ismael, más caritativo, guia al gato hacia el lugar correcto y de este modo el desorientado animal puede salir.
"Pura casualidad", piensa Amanda más tarde, ya en su trabajo, cuando se anoticia de la fecha en que vive. Además, el día D ¿no es MARTES 13 (y no VIERNES 13)... por lo menos en Argentina...?
Nunca había visto Matrix. Jamás. Ve Matrix, la uno, la escena en que Neo tiene un supuesto deja vu. Un gato negro. Otro gato negro. Los gatos negros comienzan a multiplicarse en su mente. No importa, no cree mucho en nada...pero los gatos negros siguen multiplicándose en su sueño, durante la siesta. Otro más. (O, en realidad, el mismo gato negro si es que sólo se trata de un símbolo). Se despabila. Prende una vela rosa (tal vez, por inercia). Ese día todo le sale bien. Excelente.
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