Puedo volar. Pero nadie lo sabe.
Aunque tampoco es un gran secreto. Me escapé de un psiquiátrico comunitario.
Ojo, yo era una enfermera. Sí, como Charly García. Un paciente peligroso,
perverso y anciano me amenazaba, no me dejaba en paz. Había dos problemas: uno, que nadie más podía ver que él me amenazaba; dos: que yo nunca
estudié enfermería ni psicología ni nada y no podía manejar la situación, por
eso remonté vuelo y me fui a buscar otro lugar más acorde a mi persona y a mis
capacidades. Cuando me fui era de noche,
y no tenía puestos mis anteojos. Eso y la altura no me dejaban ver el nombre de
las calles, por eso me perdí (aunque tampoco tenía muy en claro a dónde quería
llegar). La cuestión es que me pasé toda la noche volando de aquí para allá,
desorientada. Las chicas de una fiesta se rieron de mí cuando les pregunté
dónde estaba y cómo hacía para irme. Se reían de mi desorientación y de lo
absurdo. Creían que era una loca suelta. Pero claro, ellas no sabían que yo
andaba volando literalmente, buscando un lugar que no sabía cual era. Me fui.
Llegué a otro psiquiátrico, pero no era comunitario, era un mega-psiquiátrico-boliche.
Ahí sí, me encontré con mucha gente conocida, con amigos, amigas, parientes. El
problema es que volví a encontrar al anciano perverso, pero ya que nadie podía
ver que él me amenazaba, yo me acerqué a él y le dije con una voz que nadie más
que él podía oír todo lo que me vino en gana. Lo injurié, traté de herir sus
sentimientos, de meterle el dedo en la llaga, pero él sólo se sonrió y me dijo
que yo exageraba. Y se fue. Tenía las manos esposadas. Subió por una escalera
mecánica al segundo piso, lugar destinado a los tipos peligrosos. Si no eras
peligroso no podías entrar, era la zona vip. Cuando me fui a dormir a mi casa
tuve miedo. Yo sabía que si el anciano se escapaba iba a ir directo a buscarme
y a cumplir su amenaza. Me odiaba tanto como yo lo odiaba a él. De hecho, cuando
estaba dormida me desperté porque escuché un ruido que venía de la parte
posterior de la casa, de las habitaciones ancestrales que hacía 100 años no se
abrían (mi casa es muy antigua, la heredé de mis ancestros). Yo misma me dije, “debo estar sugestionada”, pero cuando miré hacia la
ventana vi su cara. Estaba ahí, inmóvil. Han pasado varios meses y todavía sigue ahí, inmóvil. A veces
pienso que tal vez está muerto. Sea como sea no me animo a acercarme para
verificarlo. Los pájaros se
posan y cagan sobre su cabeza y sus hombros. Tiene los ojos abiertos, pero ya
no sé que miran, porque ya no me miran más a mí.
me lo imagine tanto q me termino asustando :S
ResponderEliminarjajaj
qué bueno! me alegra mucho! :)
Eliminarparece una mini duermevela no? :)
ResponderEliminarAlgo así :)
Eliminarestabas tétrica Ire....
ResponderEliminarAsí es...pero por suerte existe la escritura :)
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