Beautiful Zombie

   Salíamos juntos.Yo estaba nerviosa y tímida porque te veía sobre un pedestal. Estabas hermoso. Nos besábamos. Ahí me daba cuenta de que existía una posibilidad entre nosotros, me sentía capaz de dar y recibir afecto; pero entonces no entendí porqué vos me tratabas así, tan distante y con tantos resquemores.
   Nos íbamos a una fiesta en la casa de alguien. Había mucha gente y vos te perdías en la multitud. Pensé que te alejabas de mí porque yo no te importaba demasiado. Al rato te encontré tirado boca abajo, en un sofá. Te pregunté si estabas bien. Te ayudé a darte vuelta. No podías. Una vez que estuviste boca arriba, ví que tenías tu bufanda bordó puesta a modo de venda, tapándote los ojos. Como pudiste, te desprendiste la campera y la camisa y me mostraste las cicatrices abiertas o mal curadas que tenías por todo tu cuerpo; y me dijiste: “estoy muerto, Irene. Hace mucho que estoy muerto. No sabía como decírtelo…estoy muerto”. Me lo decías angustiado, se notaba en el énfasis con que pronunciaste el último "estoy muerto"… Y yo también me angustié. Te quise sacar la bufanda de los ojos, revivirte. Pero no me animé. Tal vez porque sabía que no tenía la capacidad para hacerlo.