Conocí a Morfeo

Y la noche más onírica de mi vida en algún momento tenía que llegar: conocí a Morfeo en persona. Estaba en medio de un sueño largo, revelador con momentos pesadillezcos y en la peor parte aparece él: viejo, sabio, con una barba blanca espesa, malhumorado, tiránico y viril pero con sentido común. Nada que ver a como yo me lo imaginaba.
La cosa fue así: (sé que los sueños de los otros son aburridos, por eso voy a tratar de sintetizar y puntualizar en lo que me parece más "interesante"...aunque siga pareciendo aburrido para los demás...más no puedo hacer...el que se aburra que deje de leer y listo.)
La cosa fue así: estaba en un mundo maravilloso del que no podía salir al mejor estilo Alicia pero versión más adulta...iba de pueblo en pueblo buscando el final (del sueño). Cuando llegué al ante último pueblo en el que aparentemente no había nadie, aplaudí (como se acostumbraba hacer en ese mundo al llegar a un pueblo) y grité "¡Buen día, su majestad!" porque en todos los pueblos había un rey. En vez de un rey apareció una tropa cabalgando en mi dirección. Pensé que me atacaban, y me quedé inmóvil por instinto. Pasaron sin ni siquiera rozarme. Era evidente que huían de algo o de alguien. Entré al pueblo, que era el más espantoso que había visto en mi vida. Lo primero que ví fue gente matando animales y riéndose a carcajadas y después, un camión repleto de gente muerta, mal cubiertos por un toldo sucio. Ante el terror salí corriendo por el mismo lugar por el que había venido y llegué a otro pueblo, el anterior. Me dirigí a la casa de una anciana buena y amable que me brindó su hospitalidad. Su gato me habló, me dijo algo secretamente, que no recuerdo, y que no sé si entendí en el sueño. La señora me quiso preparar algo para comer, abrió la heladera y lo único que tenía era jamón. Abrió la alacena y tenía jamón. Todo estaba lleno de jamón. Me dio asco, se me revolvió el estómago y salí corriendo otra vez porque comprendí súbitamente que en el pueblo espantoso mataban animales y hombres para fabricar jamón y, que, a juzgar por la alimentación de la señora tierna y amable, era un negocio que tenía mucho éxito. En ese momento de la revelación fue que apareció Morfeo, con toda la densidad de su ser, con su voz de trueno (era parecido a Zeus) y les dijo a todos los personajes del sueño, a la pesadilla en sí y al sueño en sí, que no pueden aparecer arbitrariamente en los pensamientos de las personas y hacer lo que quieren así como así, que para qué carajo existe él entonces. Estaba muy enojado y todos le tenían terror, se veía que era un dios terrible y poderoso. Pero yo me sentí amparada y salvada porque en ese momento me desperté. 

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