Los platónicos


Tuve un amor mágico o tal vez perverso.
O tal vez los perversos no fuimos nosotros sino la circunstancia huracanada que nos arrastró…
Quedó flotando en el aire el amor, como partículas disueltas de algo disecado y brillante.

Con los años se dispersaron aún más.
Pero un presagio reiterado, como reflejado por dos espejos enfrentados, me dice que hasta el día de la muerte seremos amantes irreales, extraídos de una novela extensa y fatal que en la vida real no llega a tanta extensión ni a tanta fatalidad. 

Comentarios