Hola, qué tal?



Estoy enamorada platónicamente de usted desde hace un tiempo. Ya ni me avergüenza decírselo, porque la vergüenza aparece cuando se corre algún riesgo, y este amor es tan platónico que empecé a darme cuenta de que no corro ninguno. Con suerte usted habrá tenido noticias de mi existencia (he hecho lo posible por que así sea, debo admitirlo…), pero usted es tan inalcanzable como el final del arcoiris, o como cualquier estrella circundante. Me consuela saber que al menos no es una estrella de rock, ni un duende, ni un muerto. (Eso sí que sería mucho peor). El caso es que no logro dejar de pensar en usted, no le digo que todo el tiempo, pero sí muchas veces al día, o al menos a la semana, y cuando veo una foto suya me quedo como en shock y una música como tranquila me despoja de esta realidad, al menos unos segundos. Sí, usted es evasión, un baldazo de agua en pleno calor. Le diría cosas más lindas, pero no me gusta mentir, y además, no me sale. 

Comentarios

  1. No me gusta analizar este tipo de cosas, temo al ridículo. Igual como dicen tus palabras, la vergüenza se siente cuando uno corre un riego y para mi decir que esto que vos escribiste me parece lindo y tierno y que a la vez (no lo se porque no te veo, así que no podría asegurarlo) puede ser una bella ironía, no me hace vivir ningun riesgo. Saludos, desde el sur del río de la plata

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