“Niña, llégate hasta mí
Con tu luz blanquecina
Mientras yo …………
………………………”
El fantasma desde la muerte y a través del sueño que yo soñaba soñando, me reclamaba.
Tenía una capa de colores como de pavo real, pero todo lo demás, desde él, su pelo, sus ojos, lo que lo rodeaba, era todo oscuro, y había una neblina misteriosa.
Me desperté del sueño en el sueño, y el mensaje me había quedado claro, pero al despertar de verdad, los dos últimos versos se borraron de mi memoria.
(si le da la sensación de que falta un final, inventeló usté a su gusto y piacere, yo me atengo a la realidad inverosímil de los sueños, los cuales muchas veces carecen de un final, e inventarlo una vez despierta no me sale. Todo el mundo sabe que no debe haber sensación más fea que despertar de un sueño inconcluso, y que querer intentar un final inventado no es lo mismo...no es lo mismo...pierde la gracia. Además no puedo escribir otra cosa que no sean sueños desde hace unos cinco o seis años, salvo míseras reflexiones cotidianas, como habrá usted venido leyendo, si es que leyó...
"Is there anybody out there?")
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