Divague


Observación:
El incestuoso camina por la calle lluviosa con un terrible infierno por dentro. No puede vivir cómodo jamás. Tiene la frustración más grande de todas. La oscuridad le perfora una parte del cerebro que quiere convertir en mariposas juguetonas. El tipo feliz, en cambio, siempre tiene una ruta favorable, soleada y con buena onda. Anda por la vida brillando como un diente.


...y la policía rueda por la calle como una gran pelota de fútbol...


Plaza taciturna que entre edificios serios se escondía. Los tableros de ajedrez que se vuelan de la ciudad. (Los viejos que juegan al ajedrez son hermosos, brillan porque saben reír). Plenitud en el asfalto mojado. Respiración que nos lleva volando…eso es la vida. Somos repeticiones de ídolos y caderas enormes. Hay tantas vidas que se cruzan, se devuelven y se mueren…

Me gusta ver las cosas desde afuera, pero siempre me aferro al yo para no irme volando por la ventana...


ABRETE SESAMO!
Y todo se vuelve más inmenso. Más maravilloso e increíble. Y nos volvemos más pequeños. Y no escuchamos nada, porque no podemos escuchar todo.

Así soy: una extremista nata navegando en un tazón de leche.
Maduro, pero de una manera curiosamente lenta y sin esperanza.



Todo tiene ritmo: “I don’t wanna grow up”.





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